lunes, 6 de diciembre de 2010

Detrás de ti iría

Hace tiempo que llegaste a mis noches, aunque no dejas marca en la almohada;
mi piel huele a tu aroma como si de tu hálito estuviera bañada.
Pero,
¿por qué no recuerdo tu rostro, si mis ojos no pueden haberte ignorado?
Parece que no quieres que sepa quién eres,
aunque el calor de tu cuerpo en mi cuerpo has dejado.
Ciegas mi vista cuando estás presente,
y a cambio agudizas mi tacto
—tocas cuerdas que ignoraba existían y desbordas mi centro cual magma hirviente:
escribes con tu presencia una sinfonía de notas mudas que  vibran sólo en mi mente.
                                       De día te busco sin conocerte, pero sé que de estar cerca te sentiría:
concibo imposible pasar a tu lado sin que el universo grite que eres el ser
cuyas manos mi alma han fraguado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario