lunes, 29 de noviembre de 2010

En cuanto a ti me pregunto

Teme interrogar al borde de su hoja acerca de la expansión de tu universo, pues sabe que su conocimiento ondulado se estrellará contra la ignorancia planeada cual maraña de raíces falaces que fragmentan el centro de su esfera.
                                                                         Ahora se le antoja seguir el proceso inverso y probar que la pluma roja teniendo papel tan terso dulce historia ha alterado.
                                                                                                             Pluma por otro empuñada, no escribe lo que haces, reduciéndola casi a nada, creando crueles desenlaces que prolongan más su espera.
                                               Entonces se escucha el disparo…

En pos de ti mi sendero

Olores mezclados con un propósito,
cadencia interna acerca el momento final,
movimientos acompasados se aceleran                                
                                                           y silencian palabra insuficientes.

Te doblas bajo el terremoto:
cimientos colapsándose
ante la fuerza que iguala el deseo                                                         
                                                 de perderse en el otro.

Choque de esencias difusas,
materialidad puesta en duda
por el ímpetu de un espíritu                                                            luchando contra sí mismo.

Vaivén de sensaciones milenarias
repitiéndose durante un segundo
cada vez que vaciamos el espacio de estrellas
para sustituirlas con perlas líquidas
destinadas a diluirse en el fondo de la nada
(pero así comienza la vida).

viernes, 26 de noviembre de 2010

En virtud de ti mi locura

No hay nada que lamentar, pues tenemos los recuerdos. ¿Y si muere la memoria? Muchas más cosas han muerto y el mundo no termina, aunque quizá debería hacerlo —para qué añorar la vida si es algo pasajero, y el dolor de la partida es un cierre siempre perfecto.
Mientras tengas tu memoria,
mientras tenga mis recuerdos,
continuaremos la obra que iniciamos al conocernos:
con los besos de otros labios, con los trazos de otros cuerpos,
completaremos el lienzo del cual fuimos boceto.

Frente a ti soy

Respira de nuevo con los ojos abiertos —caminar a tientas es juego de niños, y tu infancia ha quedado atrás. Volver sobre tus pasos es ahora imposible: el polvo se ha asentado en el último segundo borrando leve rastro de tu triste vagar.
                                                                                       Sabes que muevo tus pasos inciertos porque quiero que sientas diferentes cariños poseedores de constancia que ya no ignorarás. Por eso llena los vasos con orgullo ostensible, pues nadie ha contado historias del mundo como las que arrastro para contigo jugar.

¿Respiras con los ojos abiertos? No importa ya.
La oscuridad nos circunda sin mostrar diferencia;
caminar a tientas no es cuestión de voluntad.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Fuera de ti muero

Sabes que nunca los vi acompañando tu féretro:
los escarabajos me distraían contándome sus secretos.
Tan importantes comentarios me hicieron tu muerte olvidar,
y no pude decirte adiós, no pude tu rostro mirar.
Extraño: no recuerdo cómo era tu parte tangible                        
—ahora sin cerebro tienes razón y sin corazón sentimientos.
Pienso en tu nombre… ¿con quién estoy hablando ya?
Los escarabajos me tranquilizan:                           
                                                 tu nombre no te contiene más.

Gracias a ti descubro

“Has hecho a mi almohada toser” —me dijiste serio un día, y no supe qué decir, pues tu almohada aún tosía. Tal vez el frío entró al abrir tu ventana… Pero yo sólo quería que tu habitación refrescara, pues sobre el suelo se apilaban pensamientos muertos que no cremabas. Hacía años vivías encerrado y no me hablabas, tu reclamo me sorprendió en ausencia de palabras. “Ya no importa —concluiste—; es  una almohada delicada: hace apenas unas noches comentó que el calor la sofocaba.”

A merced de ti siento

Muerte crónica:
Malestar que comenzaste a desarrollar el día en que percibiste la falsedad de la más perfecta delicia. No hiciste más que sonreír dándole la bienvenida a quien te ha de acompañar durante el resto de esta travesía, haciéndote comprender el devenir en que la verdad anida con la esperanza de no dañar el frágil sentido de la poesía.
Serenidad agónica te invade, y no puedes siquiera atrapar el tiempo sin huesos en que no hay edad para un corazón sin malicia.
Debes agradecer tu suerte: falsedad y verdad conviven en un espacio donde la existencia es relativa.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Junto a ti respiro

¿Olvidas cómo eras? Peregrino de pasos breves, extasiado ante rehenes inertes en  armadura a punto de emprender el vuelo. Creciste en un universo donde las convenciones humanas son el único grano de sal sobre la cola de un ave que agoniza tras rejas inexistentes.
                    ¿Recuerdas paciente espera? Siempre pensando en leves realidades echando suertes, listas para irse junto a partículas que dejan el suelo. Viajero de juicio terso, te gustaba pintar las mañanas de color poco elemental pues afirmabas que la clave tiene dimensiones aparentes.
                                     Pero admiración no describe lo que me causabas —fui testigo incapaz de medir la creciente distancia entre tu anhelo móvil y una realidad estática.

Lejos de ti el vacío

Regreso porque me esperas aunque no me lo digas —las lágrimas del viento no cuentan mentiras.
        Te pienso sentado en el borde de una flor de mi móvil,
balanceándote sin prisa
sobre un pétalo rojo y preguntándote por qué
                                   no creaste nubes de colores a tu antojo.
Recuerdas: para no teñir lluvia o nieve,
pues los ríos ríen más cuando corren transparentes,
 y te gusta observar desde la altura a tus peces.
Pero hay dos momentos del día en que color les concedes a través de un sol que sabe de arte sin pinceles.
                Regreso porque quiero que me cuentes cómo era la belleza antes de caer  en mortales (por humanas) redes        
                                                                                                        

Por causa de ti cambié mi esencia

Sueño
deslizar renovado sentido del olfato
sobre el sendero que un constante ir y venir de hormigas
dejara en la planicie de tu espalda;
            hacer rodar mi planeta con guirnaldas
en el jardín de tu pálida esperanza
y lograr que del ciprés que ahora muerdo broten  gotas de rocío (mi sustento);
           cubrir tu lengua con el ámbar
que descansa en un océano profundo:
mi centro que recibe su sustancia del delirio en que a diario te descubro;
            perderme y ser en tu lienzo
(donde todo es belleza por ser tuyo)
un motivo pequeño que provoque el despertar de tu sentido más agudo.