miércoles, 24 de noviembre de 2010

A merced de ti siento

Muerte crónica:
Malestar que comenzaste a desarrollar el día en que percibiste la falsedad de la más perfecta delicia. No hiciste más que sonreír dándole la bienvenida a quien te ha de acompañar durante el resto de esta travesía, haciéndote comprender el devenir en que la verdad anida con la esperanza de no dañar el frágil sentido de la poesía.
Serenidad agónica te invade, y no puedes siquiera atrapar el tiempo sin huesos en que no hay edad para un corazón sin malicia.
Debes agradecer tu suerte: falsedad y verdad conviven en un espacio donde la existencia es relativa.

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