domingo, 22 de mayo de 2011

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¿Hace cuánto que llegaste?
El miedo no dejó rastro en la mirada de la brisa que soplaba tras de ti
—era como tu aliento.
No esperaba que fueras
(después de tanto tiempo)
la muestra de que todo es posible aun si el humano está incierto.
Certeza: lo que menos había al saber del crecimiento
de un ser que como todos
                                                   conquistó un pedazo de cielo.

Y lo trajiste contigo,
lo trajiste a ras del suelo para dejar que tocáramos
lo eterno encerrado en tus dedos.
Sabía que crecerías,
sabía que ya estabas creciendo
cuando te acompañaba
por la mañana al colegio.
Se cayeron tus dientes de leche, se enderezaron tus huesos
y ahora caminas erguido
como te enseñaron a hacerlo.

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