Traerla de regreso, ¿para qué?
Baste saber que tocaste sus manos, besaste su cuello, acariciaste su vientre, se abrió a tu deseo.
Ahora ya no está, mas ¿qué es eterno? Recuerda que dicen: vivimos en fragmentos.
Ligera es su imagen mas pesa en tu pecho, breve fue el momento aunque se está repitiendo y no te deja ir —tu espíritu yace muerto.
Sonríe, pues el tiempo guardará aquel encuentro aun si nadie se asoma a verlo
(por un segundo su amor será perpetuo).
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