miércoles, 2 de febrero de 2011

Contra tu aliento

No la mires ahora; no te atrevas a mirarla: tu vista la imagina desnuda y ni su aroma tu ansia calma.
                    En sueños besas su cuerpo, en sueños su esencia escancias, mas tras el sueño no encuentras su aroma —solamente tu almohada empapada.

Pensándolo bien, tal vez su sudor tu sudor comparta:
hazla sudar en sueños
bebe su agua salada
baña tu ser en su seno
y quizá ya líquida algo más que tu sueño comparta.

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