viernes, 20 de agosto de 2010

Con tal que tú

¿Sabes a dónde vas?
Todo lleva a suponer que sí:
llegas y te sientas sin siquiera saludar.

El bulto sobre tus rodillas hace que me pregunte
qué lugar buscas con ansia
o qué lugar pretendes dejar.

Miras tu reloj, nervioso; parecieras querer volar
—tal vez alguien te espera
y sabes que no valdrá de nada todo este viaje
si se cansa de esperar.
Entonces aborda un hombre,
pero no para viajar: se para justo a tu lado
—no necesita llamar.

Lo miras y te levantas:
noto tus manos temblar; sin decir nada se alejan
(no es fácil escapar). 

No hay comentarios:

Publicar un comentario